LO NUEVO EMPUJA LO VIEJO
Lo nuevo empuja lo viejo. Es una verdad universal, que podemos descubrir constantemente en múltiples facetas de la vida.
El universo se mueve haciendo que de manera irremediable nuevas generaciones de individuos sustituyan a sus progenitores y mejoren la especie; que millones de partículas se unan o se separen para formar nuevos elementos y que la materia se transforme en energía para renovar los ciclos.
Nacemos para morir y morimos para que otros nazcan y aun así, hay un minúsculo lapso de tiempo en el que nos sentimos inmortales…
La consciencia es un broma malévola de la naturaleza o una jugarreta de Dios, al tirar los dados, depende de lo que queramos creer, pero es el único punto de agarre que tenemos en la vorágine de segundos que vivimos entre el azar y el instinto.
Lo nuevo empuja lo viejo… Y apenas empezamos a reconocer, que ni siquiera conocer, a nuestro yo y éste ya es empujado hacia un final inevitable. Y que rápido pasa…
Pero mi abuelo era mucho menos metafísico y más prosaico cuando utilizaba esta frase (parece que fuera ayer, pero hace ya más de cuarenta años). Terminaba de comer, se levantaba con cierta pomposidad y mirándonos seriamente, pero con una pizca de socarronería en su voz, nos decía: -«Lo nuevo empuja lo viejo». Y todos lo entendíamos perfectamente…
Es lo que tienen las verdades universales.