IMPRESIÓN
Mágico aroma.
Dulce silencio.
Luna brillante
en un negro cielo.
Alma encantada.
Hechizo de fuego.
Brasa que quema,
ardo por dentro.
¡Sólo la he visto!
¿Qué será luego?
Una apertura abierta de mente y alma
IMPRESIÓN
Mágico aroma.
Dulce silencio.
Luna brillante
en un negro cielo.
Alma encantada.
Hechizo de fuego.
Brasa que quema,
ardo por dentro.
¡Sólo la he visto!
¿Qué será luego?
Quien fuera piedra, quien,
quien tan perfecto.
Quien tuviera el valor de estarse quieto
en medio de la arena que resbala.
Quien pudiera no temer la obscura nada
y pudiera reírse hasta del tiempo.
Quien no tuviera el fin siempre presente
ahogando el ahora y el mañana,
en medio de un vacío indiferente
al “Yo” y a todo… ¡Qué bobada!.
Acaso la piedra no pregunte,
a su severo contexto encadenada,
porque tiene que estar allí, parada,
y no puede moverse como otros.
Yo quiero parar y estarme quieto
y temo al telón que me arrebata
los cortos segundos de albedrío.
Ella quiere moverse e ir perdiendo
los nudos del estático infinito,
que la atan.
¡Destino que nos une y nos separa!
Mi duda morirá cuando yo muera,
pero la duda seguirá viviendo.
Vive en la duda de la piedra
y algo habrá que dude tras de ella,
algo que ignoro y se me escapa.
Tras cada porque hay otra duda…
¡Qué leyes nos rigen tan extrañas!
Le miré mientras no podía evitar reflexionar: piensa el ladrón que todos son de su condición, pero me mordí la lengua, a riesgo de morir envenenado.
La discusión que había empezado de manera anecdótica y como una simple diferencia de opiniones, había ido in crescendo y amenazaba con terminar mucho peor de lo deseable. Ya decía Einstein que hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana y que no estaba seguro de lo primero…
Por aquello de refrescarme los adentros y no dejarme llevar de la polémica, empecé a recitar interiormente una retahíla de dichos y refranes que podían venir a cuento:
Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe y de casta le viene al galgo, aunque no es oro todo lo que reluce y el que mucho abarca poco aprieta, así que más vale malo conocido que bueno por conocer y el que la sigue la consigue, pero a Dios rogando y con el mazo dando, que no por mucho madrugar amanece más temprano, ni hay mal que cien años dure y aunque la mona se vista de seda, mona es y mona se queda.
Cuando Dios cierra una puerta abre una ventana y la mentira tiene las patas muy cortas, aunque todo es según el color del cristal con que se mira y cada cerdo tiene su San Martín, pero ande yo caliente y ríase la gente, que siempre hay un roto para un descosido y a caballo regalado no le mires el dentado. El éxito tiene muchos padres pero el fracaso es huérfano y opinar es gratis, así que a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga, que el que a buen árbol se arrima buena sombra le cobija y Dios aprieta pero no ahoga… Bueno eso que se lo digan a los del Titanic.
El hecho de que me miraran fijamente me hizo salir de mi ensimismamiento y asentí con la cabeza sin saber muy bien qué era lo que había sucedido. Intentaba que los calores no me subieran y no me delatara el sonrojo, pero respiré al detectar que no se había notado demasiado y la discusión acalorada parecía retomarse sin mi participación. De manera que intenté escuchar por dónde iba la cosa para poder intervenir y reconducir el tema.
Vi un resquicio en la controversia y tomando la palabra dije: Me parece que los árboles no nos están dejando ver el bosque. De donde no hay no se puede sacar y al buen entendedor pocas palabras bastan. Me miraron un poco descolocados y reinaron unos segundos de silencio. Mantuve varias miradas durante unos instantes y el acaloramiento pareció apagarse ligeramente.
¿Porque no buscamos un punto de encuentro? Pregunté y la reunión continuó sin mayores incidentes. Hasta un reloj parado da la hora exacta dos veces al día y más vale llegar a tiempo que rondar cien años…
¿No os parece?
No me hago responsable de todos ellos… Que luego hay muchas susceptibilidades: suegras, hombres, mujeres etc. Son frases y refranes.
Os dejo con una reflexión, bueno, dos:
Mi Felicidad tiene 11 letras.
Y no perdáis la vida buscando a alguien especial, lo difícil es encontrar a alguien medio normal.
😜
Lo nuevo empuja lo viejo. Es una verdad universal, que podemos descubrir constantemente en múltiples facetas de la vida.
El universo se mueve haciendo que de manera irremediable nuevas generaciones de individuos sustituyan a sus progenitores y mejoren la especie; que millones de partículas se unan o se separen para formar nuevos elementos y que la materia se transforme en energía para renovar los ciclos.
Nacemos para morir y morimos para que otros nazcan y aun así, hay un minúsculo lapso de tiempo en el que nos sentimos inmortales…
La consciencia es un broma malévola de la naturaleza o una jugarreta de Dios, al tirar los dados, depende de lo que queramos creer, pero es el único punto de agarre que tenemos en la vorágine de segundos que vivimos entre el azar y el instinto.
Lo nuevo empuja lo viejo… Y apenas empezamos a reconocer, que ni siquiera conocer, a nuestro yo y éste ya es empujado hacia un final inevitable. Y que rápido pasa…
Pero mi abuelo era mucho menos metafísico y más prosaico cuando utilizaba esta frase (parece que fuera ayer, pero hace ya más de cuarenta años). Terminaba de comer, se levantaba con cierta pomposidad y mirándonos seriamente, pero con una pizca de socarronería en su voz, nos decía: -«Lo nuevo empuja lo viejo». Y todos lo entendíamos perfectamente…
Es lo que tienen las verdades universales.